Hace unos días, cuando la lluvia enmarcaba las ventanas de mi habitación y el libro de
biología era el protagonista de mis pensamientos comprendí que
las cosas son tan sencillas como queremos que lo sean. Comprender algo es distinto a estudiarlo, a memorizar las cosas. Quizás por eso me guste tanto leer y por eso cuando cojo cualquier libro, me convierto en cada uno de eso personajes, da igual quien o
cómo sea: moreno, rubio, alto, bajo, gordo,flaco, con aparato o con gafas.
Yo soy ellos y en realidad sigo siendo
yo misma. Hay una gran diferencia entre las personas que comprenden las vida y quienes creen saber su significado. Admito que a mi me falta mucho por aprender.
Pero también sé que que me he llevado los suficientes palos como para conocer el dolor, la alegría y el amor. Puede que sea un
cliché, pero soy de esas que piensan que el amor mueve el mundo, de
esas para las que no solo existe una media naranja
sino millones. A cada momento se rompe un corazón y se enamora otro,
quién sabe: quizás el próximo seas tú.
Seré sincera: no tengo novio y realmente no lo necesito, pero hay veces que
me siento enamorada. No sólo de ese chico que me sonríe de vez en cuando y con quien hablo, sino también de esos días imperfectos que acaban llenándome de recuerdos, de esas horas en el instituto que a pesar de no ser
perfectas a veces llegan a ser divertidas. Hay veces que me enamoro del mero hecho de ver a mis amig@s reírse. Porque
enamorarse: consiste en ser tu mism@ con otras personas.
Por supuesto hay ocasiones que la vida deja de ser
imperfectamente perfecta, y comienza a hundirse en un hoyo lleno de fango.
En esos días me gustaría coger una pequeña maleta donde
pondría mis sueños,
mis libros favoritos,
una libreta y un lápiz (quizás también una goma),
un buen abrigo y todos mis recuerdos: tanto los buenos, que me aportarían sonrisas, como los malos, que me ayudarían a
no volver a equivocarme. Pero, para cuando ya tengo esa pequeña maletita y mi coraje preparados, ya hay cosas que me retienen y me recuerdo que
huir de los problemas me puede privar de muchas otras cosas.
Soy una mezcla de niña-adolescente en el corazón, que adolece los problemas, pero que luego SE RÍE de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario