miércoles, 7 de diciembre de 2011

Miles de pensamientos...

 Hace unos días, cuando  la lluvia enmarcaba las ventanas de mi habitación y el libro de biología era el protagonista de mis pensamientos comprendí que las cosas son tan sencillas como queremos que lo sean. Comprender algo es distinto a estudiarlo, a memorizar las cosas. Quizás por eso me guste tanto leer y por eso cuando cojo cualquier libro, me convierto en cada uno de eso personajes, da igual quien o cómo sea: moreno, rubio, alto, bajo, gordo,flaco, con aparato o con gafas. Yo soy ellos y en realidad sigo siendo yo misma. Hay una gran diferencia entre las personas que comprenden las vida y quienes creen saber su significado. Admito que a mi me falta mucho por aprender.
 Pero también sé que que me he llevado los suficientes palos como para conocer el dolor, la alegría y el amor. Puede que sea un cliché, pero soy de esas que piensan que el amor mueve el mundo, de esas para las que no solo existe una media naranja sino millones. A cada momento se rompe un corazón y se enamora otro, quién sabe: quizás el próximo seas tú.
Seré sincera: no tengo novio y realmente no lo necesito, pero hay veces que me siento enamorada. No sólo de ese chico que me sonríe de vez en cuando y con quien hablo, sino también de esos días imperfectos que acaban llenándome de recuerdos,  de esas horas en el instituto que a pesar de no ser perfectas a veces llegan a ser divertidas. Hay veces que me enamoro del mero hecho de ver a mis amig@s reírse.  Porque enamorarse: consiste en ser tu mism@ con otras personas.
Por supuesto hay ocasiones que la vida deja de ser imperfectamente perfecta, y comienza a hundirse en un hoyo lleno de fango. En esos días me gustaría coger una pequeña maleta donde pondría mis sueños, mis libros favoritos, una libreta y un lápiz (quizás también una goma), un buen abrigo y todos mis recuerdos: tanto los buenos, que me aportarían sonrisas, como los malos, que me ayudarían a no volver a equivocarme. Pero, para cuando ya tengo esa pequeña maletita y mi coraje preparados, ya hay cosas que me retienen y me recuerdo que huir de los problemas me puede privar de muchas otras cosas. Soy una mezcla de niña-adolescente en el corazón, que adolece los problemas, pero que luego SE RÍE de ellos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario