jueves, 6 de octubre de 2011

Lágrimas con sabor a nubes...

¿Cuántas veces nos peleamos con nuestros padres al año? ¿Y con nuestr@s amig@s? ¿Cuántas veces esa persona especial nos rompe el corazón como si fuese de plástico? ¿Realmente todos ellos merecen la pena?
Si, me respuesta siempre será si. La felicidad no es eterna, al igual que el dolor... todo lo que pasa por algo, recompensa a lo otro.
Somos adolescentes, estamos constantemente en un tira y floja. ¿Exámenes?,¿trabajos?,¿profesores pesados?... solo son la punta del gran iceberg que nos espera para un futuro. 
Por eso, cada vez que lloremos por esas personas, cada vez que insultemos a alguien, cada vez que deseemos solo nuestro propio bien pensemos en los buenos momentos, por esas sonrisas que nos sacan de vez en cuando en los momentos difíciles, por ese abrazo que nos dan sin preguntar o de los favores que nos hacen sin esperar nada a cambio.
Riámonos de los enfados cuando pasen,  porque en la vida hay que acordarse de lo bueno y lo malo.
Y lloremos cuando esas personas desaparezcan y no estén ahí, esperando por nosotros.
Cada vez que me siento triste miro al cielo, en busca de algo diferente, de algo que no me lleve a lo que vivo... y cuando las nubes flotan, haciendo extrañas formas, juego a ser niña y a crear historias... en donde solo soy yo.. y nadie más.