Hay ocasiones que es imposible no sentirte mal. Incluso peor que mal. Pero cuando esas veces llegan se que habrá un mañana para reestructurar mi vida.
En ocasiones ocasionamos problemas a otros, que nos afectan o viceversa. Los problemas nos persiguen si pretendemos olvidarlos, solo que están cubiertos con la capa de Harry Potter, invisibles: esperando una oportunidad para que te acuerdes de ellos. Lo mejor es intentar solucionarlos antes de que se vuelvan más grandes y sean más complicado de esconder.
Estoy tocada: debido a esta sociedad lenta y retrograda, que solo recuerda los errores de los demás y no los suyos propios. Que no trata de remediar lo que hace mal. Que juzga a quienes no deben. Que miente sin mirar atrás. Estoy un poco harta de llorar por ser quien soy, y preocuparme de los demás. A veces pienso que ser egoísta, pensar en mi y solo en mi es lo mejor. Quizás esa sea la solución, pero no lo veo tan claro. Las personas hacemos magia cuando nos ayudamos, cuando somos honrados o comprensivos. Cuando reconocemos nuestros errores y somos capaces de cambiar.
Por eso puede que esté tocada, pero no hundida.
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