jueves, 8 de septiembre de 2011

¡Grita!

A lo largo de mi corta vida me he dado cuenta de que nada es demasiado justo, solo a veces te permiten ser como eres realmente y por eso hay tantas formas de rebelarse y tantas leyes que las contradicen. 
Soy una adolescente, igual a todas, diferente a las demás. No sé realmente como soy, tampoco como debería ser. Constantemente lucho contra los prejuicios de la gente que no aceptan lo que quiero ser, lo que me gusta y a los que quiero...
Poco a poco, las personas nos vamos llenando de dolor, errores y sueños sin cumplir. Un grito que se queda sin sonido. Un altavoz roto. ¿Que podemos hacer nosotros, salvo esperar a que nos acepten?
En estos días he aprendido mucho, y aun así me siento tan niña como cuando se me calló el primer diente. Querría que todos a mi alrededor pudiesen gritar, soltar esa frustración que les hace daño y con la que conviven. Me gustaría gritar aquellos errores que ya no se pueden remediar...
Yo solo soy una voz, ¿Por qué no somos más valiente y gritamos todos juntos?

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